Árbol
Eduardo Mosches
Fue un buen acompañante
en tardes de infancia barrial,
de agradable altura y cargaba ramas gruesas,
plantado a mitad de mi cuadra,
se transformaba en avión,
cruzaba océanos,
enfrentaba a otros aviones,
el tiempo se iba deslizando
junto con las hojas del otoño.
La infancia era ágil y colorida.
Una forma de acercarse al cielo,
ser un poco pájaro,
las raíces en la tierra,
daban intensidad a las copas verdosas,
acariciadas por el verano a plenitud.
Savia de mitos,
frutos prohibidos,
árbol donde tropieza Adán y Eva se engalana
con sus doce frutos edénicos,
conjuga el pensar en los pájaros
sobre la Tierra y el Agua.
Otros árboles dan vueltas
engendrados por la luz,
las estrellas son sus frutos
la vida y la muerte,
serpiente de la fecundación,
lo femenino surge de la tierra húmeda.
Las guerras han llenado los prados
de cadáveres,
fueron plantadas arboledas
hundieron sus raíces en los ombligos
de mujeres y hombres.
Es el creador de lluvias,
las talas brutales han colmado al planeta
de mantos de sequedad.
En el patio de mi casa
he alojado un limonero,
dos veces al año florece,
lo riego con cariño.
Pequeños pájaros grises.
dan vuelta a su derredor
como en cortejo amoroso.
Las raíces suben al cielo del deseo.
en tardes de infancia barrial,
de agradable altura y cargaba ramas gruesas,
plantado a mitad de mi cuadra,
se transformaba en avión,
cruzaba océanos,
enfrentaba a otros aviones,
el tiempo se iba deslizando
junto con las hojas del otoño.
La infancia era ágil y colorida.
Una forma de acercarse al cielo,
ser un poco pájaro,
las raíces en la tierra,
daban intensidad a las copas verdosas,
acariciadas por el verano a plenitud.
Savia de mitos,
frutos prohibidos,
árbol donde tropieza Adán y Eva se engalana
con sus doce frutos edénicos,
conjuga el pensar en los pájaros
sobre la Tierra y el Agua.
Otros árboles dan vueltas
engendrados por la luz,
las estrellas son sus frutos
la vida y la muerte,
serpiente de la fecundación,
lo femenino surge de la tierra húmeda.
Las guerras han llenado los prados
de cadáveres,
fueron plantadas arboledas
hundieron sus raíces en los ombligos
de mujeres y hombres.
Es el creador de lluvias,
las talas brutales han colmado al planeta
de mantos de sequedad.
En el patio de mi casa
he alojado un limonero,
dos veces al año florece,
lo riego con cariño.
Pequeños pájaros grises.
dan vuelta a su derredor
como en cortejo amoroso.
Las raíces suben al cielo del deseo.