Cenotafio*
Claudia Islas Coronel
El mar siempre el mar
última ilusión de mi abuela
las cortinas de su mirada
que se diluye azul
dame el mar
llévate mis pasos
el tatuaje de sol
suspiro de fuego
entre canto y espuma
tarde-mar
píntame el mar-coíris
con la séptima ola
donde descansa la paz de Juan
Tú, travieso duende
encanta la marea una vez más
roba la voz de la noche
último pirat-amar
descubre el oscuro tesoro
que pintaste reflejo de venus
en cetácea estela
mi estatua de sal
memoria silente de pescador
meciendo redes antiguas
bajo tus pies de arena a la deriva
altar de adioses
sobre la playa soleada
desliza parvadas
esparce el horizonte tornasol
aquí los últimos lamentos
la mirada transparente
del monstruo tras la puerta
aquí el pasado destello
trazo del futuro
tiza cometa
rasguño de oscuridad
aquí el final de todos los miedos
y al fin tú
en el añil marino
mirada que revienta contra el futuro
donde el cielo derrama su final
aquí tú y yo
una ola bermeja
un imán pelícano
sólo mercurio
meciendo la verdad
que rompe la quilla
enredado en el perfume húmedo
de tu cabello
aquí su boca fluctuante
pronuncia la eternidad
y el silencio
es eco arrullo
salto de sirena
es círculo de fragatas
líquido afán
por abrir puertas sobre el mar
“tú dame el mar
que yo te doy lo que quieras”
yo, a veces puerto
tú, siempre el mar.
última ilusión de mi abuela
las cortinas de su mirada
que se diluye azul
dame el mar
llévate mis pasos
el tatuaje de sol
suspiro de fuego
entre canto y espuma
tarde-mar
píntame el mar-coíris
con la séptima ola
donde descansa la paz de Juan
Tú, travieso duende
encanta la marea una vez más
roba la voz de la noche
último pirat-amar
descubre el oscuro tesoro
que pintaste reflejo de venus
en cetácea estela
mi estatua de sal
memoria silente de pescador
meciendo redes antiguas
bajo tus pies de arena a la deriva
altar de adioses
sobre la playa soleada
desliza parvadas
esparce el horizonte tornasol
aquí los últimos lamentos
la mirada transparente
del monstruo tras la puerta
aquí el pasado destello
trazo del futuro
tiza cometa
rasguño de oscuridad
aquí el final de todos los miedos
y al fin tú
en el añil marino
mirada que revienta contra el futuro
donde el cielo derrama su final
aquí tú y yo
una ola bermeja
un imán pelícano
sólo mercurio
meciendo la verdad
que rompe la quilla
enredado en el perfume húmedo
de tu cabello
aquí su boca fluctuante
pronuncia la eternidad
y el silencio
es eco arrullo
salto de sirena
es círculo de fragatas
líquido afán
por abrir puertas sobre el mar
“tú dame el mar
que yo te doy lo que quieras”
yo, a veces puerto
tú, siempre el mar.
*de La Hebra que teje el mar.