Disparo
Andrés Mijangos Labastida*
Si alguna vez suena un disparo
No lo escuches porque quizás alguien ya ha muerto
En la larga espera del momento preciso
Nos encontramos todos
En el umbral hacia ningún lado
Entre un chispazo
Y la nada
Entre la palabra hueca que nos decimos
Y la cobardía de vivir en silencio cada día
Nos sentimos condenados
A ser polvo, a ser libres
Existimos a pesar de todo
Se supone debemos ser felices
Que el horizonte es nuestro
Ignoramos la sangre derramada
El toquido en la puerta
El llanto de los niños
Se convierte en algo cotidiano
Todo es farsa, la palabra hueca se predica cada día
El dedo señala
La cruz marca
El latigazo en la espalda
La falsa alegría llena mis mañanas
Si alguna vez suena un disparo
Yo ya he muerto
No lo escuches porque quizás alguien ya ha muerto
En la larga espera del momento preciso
Nos encontramos todos
En el umbral hacia ningún lado
Entre un chispazo
Y la nada
Entre la palabra hueca que nos decimos
Y la cobardía de vivir en silencio cada día
Nos sentimos condenados
A ser polvo, a ser libres
Existimos a pesar de todo
Se supone debemos ser felices
Que el horizonte es nuestro
Ignoramos la sangre derramada
El toquido en la puerta
El llanto de los niños
Se convierte en algo cotidiano
Todo es farsa, la palabra hueca se predica cada día
El dedo señala
La cruz marca
El latigazo en la espalda
La falsa alegría llena mis mañanas
Si alguna vez suena un disparo
Yo ya he muerto
*Andrés Mijangos Labastida. Nací en julio de 1996, en la ciudad de Comitán, Chiapas. Estudié Filosofía en la FFyL de la UNAM.