¿Por qué rueda sola esa carreta?
(Cuento de hadas para hadas)
Medardo Maza Dueñas
“...Una vez un a piedra se desprendió de una pendiente y atrapó en su cueva a un orco. Como el orco no pudo salir, el trasgo que colectaba para él los impuestos de debajo de una carreta abandonada decidió que sería el nuevo rey.
El rey trasgo robó a los niños menores de todas las familias leprechaun, para pincharlos en un collar y colgárselos al dormir, porque temía mucho a las voces de la oscuridad.
Las madres leprechaun, llorando por sus hijos enhebrados, a un señor brownie borracho y gruñón que vivía en la rueda loca de la carreta que giraba sin ir a ninguna parte, le ofrecieron toda la leche de sus ratones para que liberara a sus pequeños.
El brownie borracho al escuchar ‘collar de leprechauns en cuello de trasgo’ entendió ‘collar de trasgos en cuello de leprechaun’, y pensó que se referían a un duende que vivía en un zapato viejo, muy dientón y cabezón, bastante trasgón de aspecto pero de cuello extremadamente delgado, casi como de leprechaun. A él fue a buscarle camorra, a puñaladas primero y cuando se enojaron, pasaron a los insultos.
El duende cabezón, convencido de que el brownie borracho era el sicario de un gnomo que le tenía ojeriza por haberse librado de una demanda en menos de treinta días, rodó la lucha sobre la oficina del gnomo en el eje de la carreta atascada contra una piedra, revolviéndole todos sus papeles, rompiéndole sus sellos oficiales y más aún, arruinándole su nuevo invento para poder comunicarse con los seres humanos.
Durante la lucha, el brownie borracho se perdió entre los papeles y ahora que está preso en un cajón, descubrió que la tinta es más fuerte y más sabrosa que la zarzaparrilla, porque tiene un buen buque a-no-sé-qué-que-puede-ser-cualquier-cosa.
El duende cabezón y el gnomo terminaron atrapados entre los restos del invento para comunicarse con los seres humanos, y los encontraron luego unos campesinos que hacían sus jornadas por esos lares todos los días y los vendieron a un circo, pensando que se trataba de un fabuloso y grotesco bebé deforme con dos cabezas y muchos pies y brazos. En el circo ahora el duende es primer actor, y el gnomo, su representante.
Pero cuando el trasgo del collar de leprechauns vio asomarse a los jornaleros debajo de su carreta, trató de huir y se quedó atorado en las ruedas y con tal ahínco se intentó librar de ella, que echó a andar la carreta sin conductor en las llanuras, como una carreta fantasma que encuentra a lo niños perdidos y los guía de vuelta a casa de alguien más.
Las madres leprechaun tomaron ratones huérfanos como hijos adoptivos y ahora que viven debajo de un escudo, uno de ellos con corazón de botón, se dice, rescatará a la princesa del reino de las botellas, cautiva en las zarpas de un gato-dragón.
El orco atrapado murió de hambre y el canto rodado sobre su cueva es asiento para caminantes.
Y ese caminante, has sido tú”.
El rey trasgo robó a los niños menores de todas las familias leprechaun, para pincharlos en un collar y colgárselos al dormir, porque temía mucho a las voces de la oscuridad.
Las madres leprechaun, llorando por sus hijos enhebrados, a un señor brownie borracho y gruñón que vivía en la rueda loca de la carreta que giraba sin ir a ninguna parte, le ofrecieron toda la leche de sus ratones para que liberara a sus pequeños.
El brownie borracho al escuchar ‘collar de leprechauns en cuello de trasgo’ entendió ‘collar de trasgos en cuello de leprechaun’, y pensó que se referían a un duende que vivía en un zapato viejo, muy dientón y cabezón, bastante trasgón de aspecto pero de cuello extremadamente delgado, casi como de leprechaun. A él fue a buscarle camorra, a puñaladas primero y cuando se enojaron, pasaron a los insultos.
El duende cabezón, convencido de que el brownie borracho era el sicario de un gnomo que le tenía ojeriza por haberse librado de una demanda en menos de treinta días, rodó la lucha sobre la oficina del gnomo en el eje de la carreta atascada contra una piedra, revolviéndole todos sus papeles, rompiéndole sus sellos oficiales y más aún, arruinándole su nuevo invento para poder comunicarse con los seres humanos.
Durante la lucha, el brownie borracho se perdió entre los papeles y ahora que está preso en un cajón, descubrió que la tinta es más fuerte y más sabrosa que la zarzaparrilla, porque tiene un buen buque a-no-sé-qué-que-puede-ser-cualquier-cosa.
El duende cabezón y el gnomo terminaron atrapados entre los restos del invento para comunicarse con los seres humanos, y los encontraron luego unos campesinos que hacían sus jornadas por esos lares todos los días y los vendieron a un circo, pensando que se trataba de un fabuloso y grotesco bebé deforme con dos cabezas y muchos pies y brazos. En el circo ahora el duende es primer actor, y el gnomo, su representante.
Pero cuando el trasgo del collar de leprechauns vio asomarse a los jornaleros debajo de su carreta, trató de huir y se quedó atorado en las ruedas y con tal ahínco se intentó librar de ella, que echó a andar la carreta sin conductor en las llanuras, como una carreta fantasma que encuentra a lo niños perdidos y los guía de vuelta a casa de alguien más.
Las madres leprechaun tomaron ratones huérfanos como hijos adoptivos y ahora que viven debajo de un escudo, uno de ellos con corazón de botón, se dice, rescatará a la princesa del reino de las botellas, cautiva en las zarpas de un gato-dragón.
El orco atrapado murió de hambre y el canto rodado sobre su cueva es asiento para caminantes.
Y ese caminante, has sido tú”.