Lo mejor del Ficcionario para la conversación con humanos tecnológicos
[Traducción de la lengua oculta al castellano]
Héctor R. Sapiña Flores*
A continuación, nuestros lectores encontrarán una selección de las entradas más llamativas del recién publicado Ficcionario para la conversación con humanos tecnológicos, un proyecto de años coordinado por el multigalardonado Profesor Ernest Heckel, quien nos honró enviando uno de los primeros tomos impresos a nuestras oficinas en la Rue Nullepart 00. Copiamos agradecidos la dedicatoria manuscrita del profesor:
A mis queridos amigos de La Revista Exótica, impulsores de la evolución y refinamiento de la palabra. Espero que encuentren gozo en estas páginas llenas de las divertidas curiosidades que hemos descubierto en el viaje a lo desconocido. E. H. 2034
Como habrán escuchado quienes asistieron a la presentación de este trabajo, el grupo de Heckel reunió su material tras la observación minuciosa de verdaderos hombres (y mujeres) de los campos de migrantes. Entre otras cosas, el doctor Heckel contó un poco sobre su experiencia en territorios industriales: “Muchos de ellos fueron muy serviles, a cambio de liberarlos de los campos y dejarlos pasear por unas semanas en nuestros países ─con todos los protocolos, desde luego─ aceptaron servir de guías y conducirnos por ciudades tan pintorescas como Londres, Nueva York y Tokio. ¡Lucen igual que en sus comic books! Los viajeros curiosos pueden ya viajar a estas ciudades, con las respectivas precauciones sanitarias. Sin duda alguna, dentro de poco podremos llevar nuestros servicios para que sus habitantes tengan acceso a una vida como la nuestra.”
Recordemos que esta investigación forma parte de un esfuerzo superior conducido por la admirable Casa Internacional de Estudios Antropológicos e Historia Tecnológica, que desde la apertura global del Estado Oculto ante las naciones industriales se ha encargado de regular nuestro ingreso a su mercado y su cultura. La esposa del profesor nos compartió un poco sobre la experiencia: “Durante dos años nos trasladamos en transporte alimentado con gasolina, como ellos, nos vestimos con ropas sintéticas como ellos, e incluso comimos de sus chain food restaurants para tener la experiencia completa”, Lidia Heckel nos robó una carcajada cuando contó que “Hasta descargamos libros electrónicos y entramos a una de sus salas de cine. ¡Por suerte estaba limpia!”
Así, pues, el profesor nos ha autorizado para reproducir algunas de las curiosidades más fascinantes de su ficcionario, el cual, como explica en su amena introducción, se ha elaborado con el fin de “introducir a los exploradores y turistas curiosos en algunas ideas que los humanos tecnológicos han desarrollado en torno a un concepto llamado ‘ficción’, fenómeno fascinante, parecido al sueño, que produce ilusiones pasajeras para satisfacer su incapacidad de manipular la materia a través de la palabra.” La selección que presentamos fue hecha por nadie menos que el director de nuestra revista, no seguimos un orden alfabético, sino de relación conceptual para mejor guiar al lector en este nuevo mundo. Esperemos que la disfruten.
Arte. Los humanos tecnológicos han limitado bastante este concepto común a todos nosotros. Por ‘arte’ entienden un material en donde depositan ficciones. A veces es visual, como nuestras pinturas (pero no se mueven), a veces está escrito en libros como los nuestros (pero no hablan), a veces diseñan complejas máquinas llamadas cinematógrafos y televisógrafos [ver más adelante] para evitar el trabajo de dar imagen a palabras.
Personaje. Sujeto imaginario que lleva a cabo acciones imaginarias para presentar hechos que no suceden de verdad. A veces tienen un valor metafórico, a veces se parecen a sujetos de la Historia, pero si uno los busca en registros civiles, no los encontrará. No debe confundirse con los actores, los actores son personas que pretenden ser personajes, como sucedía en el teatro clásico, pero en lugar de máscaras utilizan sus gestos.
Pancho Villa. Hombre con bigote y sombrero que usaba caballos para robar mujeres y malteada de Estados Unidos. Es conocido por entrar y salir de la ficción del cinematógrafo con diferentes personalidades, aunque siempre se llamara igual.
Narrador. Parecido a nuestro orador de memorias (escrito o hablado), pero sin referir a lugares reales, aunque a veces sí refieren topónimos del mundo material. Antes de hablar con un narrador, los humanos tecnológicos aprovechan los espacios vacíos de su mente y él los rellena progresivamente con cosas.
Música. Similar a la nuestra, pero no se invoca ni se toca. Los humanos tecnológicos han demostrado su esmero y han logrado comprimir los sonidos en pequeños rayos de memoria que almacenan en cuadros del tamaño de un bolsillo. Pese a los notables descubrimientos del Departamento de Musicología Exótica, durante nuestra visita no tuvimos la fortuna de escuchar más que variaciones del mismo tema, un curioso sonido tribal difundido por líderes de comportamientos feudaloides encabezados por el Señor Maluma Baby. Dada su intangibilidad, la música de los humanos tecnológicos se entiende también como ficcional, pues sucede únicamente por estímulos auditivos tan diluidos en la experiencia como un sueño.
Cinematógrafo. Máquinas que proyectan la ficción desde una pared a otra como nosotros proyectamos a los eidolon, pero en su caso no son sujetos difuntos, sino imaginarios. Hay una versión privada llamada el televisógrafo que se puede encontrar en casi cualquier casa de los Países Expuestos. El televisógrafo es más semejante a un espejo eidolon porque la luz brota de su interior, pero no es una luz espíritu, sino una luz mecánica (pequeños rayos escupidos por láminas hacia un plástico).
Foco. Una lámpara que genera luz mediante unos alambres que se activan por rayos públicos y no por la voz. Los televisógrafos y las cajas de música comprimida usan unos focos microscópicos que, a mi entender, sólo podrían ser colocados por la técnica metalúrgica de un gnomo. A partir de este descubrimiento hemos planteado la hipótesis de mestizaje entre humanos industriales y criaturas con genes gnómicos. Actualmente el Departamento Eugenético de nuestra Casa lleva a cabo los experimentos necesarios para determinar la veracidad de esta teoría.
Jorge Luis Borges. Probable intruso sin documentación que robó secretos de Estado de la biblioteca de Babel. Engañó también a los hombres tecnológicos al ocultarse detrás de la ilusión ficcional, una vez ahí se multiplicó para no ser rastreado y fingió ceguera. Es altamente peligroso y utiliza hechizos laberínticos para confundir a nuestra policía. Si lo encontrara en sus viajes, repórtelo a las autoridades.
Ciencia-ficción. Un tipo de mito practicado por los hombres tecnológicos donde depositaban sus ilusiones y críticas a los conocimientos a los que han tenido acceso. Por medio de ella advierten las consecuencias de sus armas y sus primitivas formas de gobierno. Nuestra reciente aparición en el panorama internacional marcó el fin de este mito.
Poesía lírica. Como la música, para ellos resulta intangible e imaginaria, pero posee notables huellas de belleza. Recitada por uno de los nuestros produce formas hermosas en el aire. No se aconseja su lectura en voz alta a menos que se tenga un excelente conocimiento de reversión de hechizos, de lo contrario, podría resultar catastrófica.
Escultura. Forma primitiva de nuestros autómatas. A veces adquiere figuras abstractas.
Androide. Autómata impulsado por Inteligencia Artificial ─tecnología industrial que simula procesos lógicos complejos y autónomos─, empezó como personaje y se convirtió en realidad. Se anima mediante rayos públicos, no a través de la palabra, y antes de nuestra apertura al mundo, se consideraba que destruiría a la humanidad tecnológica. Pero ese futuro ya no es posible.
Extraterrestre. Versión caricaturesca de nuestros hermanos en otros astros.
Socialismo. Forma de gobierno imaginaria por la cual los estados industriales logran la distribución justa de los recursos y los bienes. Es diferente del nuestro en tanto que no comprende la necesaria armonía con Natura para la homo-armonía.
Pintura estática. Versión aburrida de nuestra pintura en la cual los personajes sólo simbolizan el tiempo.
Minificciones. Enunciaciones breves que para el humano tecnológico simplemente evocan su tradición artística. En nuestras bocas se convierten en hechizos para materializar extensos catálogos de imágenes de la memoria común.
Comic books. Libros con dibujitos de las aventuras de deidades de humanos tecnológicos dedicados a actividades bélicas o de personajes infantiles que les recuerdan la importancia de ser buenos salvajes.
Filosofía. Diferente a la nuestra, coincide en algunos campos, pero en general se trata de una serie de sistemas de ficción abstracta surgida por la visión limitada del hombre tecnológico sobre la realidad.
Libros de cocina. Diferentes a los nuestros, sólo dan instrucciones para crear manualmente los platillos que se comerán y no los hacen aparecer con la lectura en voz alta.
Mago. Personaje por el cual el hombre tecnológico caricaturiza a nuestra raza para mostrar su resentimiento.
A mis queridos amigos de La Revista Exótica, impulsores de la evolución y refinamiento de la palabra. Espero que encuentren gozo en estas páginas llenas de las divertidas curiosidades que hemos descubierto en el viaje a lo desconocido. E. H. 2034
Como habrán escuchado quienes asistieron a la presentación de este trabajo, el grupo de Heckel reunió su material tras la observación minuciosa de verdaderos hombres (y mujeres) de los campos de migrantes. Entre otras cosas, el doctor Heckel contó un poco sobre su experiencia en territorios industriales: “Muchos de ellos fueron muy serviles, a cambio de liberarlos de los campos y dejarlos pasear por unas semanas en nuestros países ─con todos los protocolos, desde luego─ aceptaron servir de guías y conducirnos por ciudades tan pintorescas como Londres, Nueva York y Tokio. ¡Lucen igual que en sus comic books! Los viajeros curiosos pueden ya viajar a estas ciudades, con las respectivas precauciones sanitarias. Sin duda alguna, dentro de poco podremos llevar nuestros servicios para que sus habitantes tengan acceso a una vida como la nuestra.”
Recordemos que esta investigación forma parte de un esfuerzo superior conducido por la admirable Casa Internacional de Estudios Antropológicos e Historia Tecnológica, que desde la apertura global del Estado Oculto ante las naciones industriales se ha encargado de regular nuestro ingreso a su mercado y su cultura. La esposa del profesor nos compartió un poco sobre la experiencia: “Durante dos años nos trasladamos en transporte alimentado con gasolina, como ellos, nos vestimos con ropas sintéticas como ellos, e incluso comimos de sus chain food restaurants para tener la experiencia completa”, Lidia Heckel nos robó una carcajada cuando contó que “Hasta descargamos libros electrónicos y entramos a una de sus salas de cine. ¡Por suerte estaba limpia!”
Así, pues, el profesor nos ha autorizado para reproducir algunas de las curiosidades más fascinantes de su ficcionario, el cual, como explica en su amena introducción, se ha elaborado con el fin de “introducir a los exploradores y turistas curiosos en algunas ideas que los humanos tecnológicos han desarrollado en torno a un concepto llamado ‘ficción’, fenómeno fascinante, parecido al sueño, que produce ilusiones pasajeras para satisfacer su incapacidad de manipular la materia a través de la palabra.” La selección que presentamos fue hecha por nadie menos que el director de nuestra revista, no seguimos un orden alfabético, sino de relación conceptual para mejor guiar al lector en este nuevo mundo. Esperemos que la disfruten.
Arte. Los humanos tecnológicos han limitado bastante este concepto común a todos nosotros. Por ‘arte’ entienden un material en donde depositan ficciones. A veces es visual, como nuestras pinturas (pero no se mueven), a veces está escrito en libros como los nuestros (pero no hablan), a veces diseñan complejas máquinas llamadas cinematógrafos y televisógrafos [ver más adelante] para evitar el trabajo de dar imagen a palabras.
Personaje. Sujeto imaginario que lleva a cabo acciones imaginarias para presentar hechos que no suceden de verdad. A veces tienen un valor metafórico, a veces se parecen a sujetos de la Historia, pero si uno los busca en registros civiles, no los encontrará. No debe confundirse con los actores, los actores son personas que pretenden ser personajes, como sucedía en el teatro clásico, pero en lugar de máscaras utilizan sus gestos.
Pancho Villa. Hombre con bigote y sombrero que usaba caballos para robar mujeres y malteada de Estados Unidos. Es conocido por entrar y salir de la ficción del cinematógrafo con diferentes personalidades, aunque siempre se llamara igual.
Narrador. Parecido a nuestro orador de memorias (escrito o hablado), pero sin referir a lugares reales, aunque a veces sí refieren topónimos del mundo material. Antes de hablar con un narrador, los humanos tecnológicos aprovechan los espacios vacíos de su mente y él los rellena progresivamente con cosas.
Música. Similar a la nuestra, pero no se invoca ni se toca. Los humanos tecnológicos han demostrado su esmero y han logrado comprimir los sonidos en pequeños rayos de memoria que almacenan en cuadros del tamaño de un bolsillo. Pese a los notables descubrimientos del Departamento de Musicología Exótica, durante nuestra visita no tuvimos la fortuna de escuchar más que variaciones del mismo tema, un curioso sonido tribal difundido por líderes de comportamientos feudaloides encabezados por el Señor Maluma Baby. Dada su intangibilidad, la música de los humanos tecnológicos se entiende también como ficcional, pues sucede únicamente por estímulos auditivos tan diluidos en la experiencia como un sueño.
Cinematógrafo. Máquinas que proyectan la ficción desde una pared a otra como nosotros proyectamos a los eidolon, pero en su caso no son sujetos difuntos, sino imaginarios. Hay una versión privada llamada el televisógrafo que se puede encontrar en casi cualquier casa de los Países Expuestos. El televisógrafo es más semejante a un espejo eidolon porque la luz brota de su interior, pero no es una luz espíritu, sino una luz mecánica (pequeños rayos escupidos por láminas hacia un plástico).
Foco. Una lámpara que genera luz mediante unos alambres que se activan por rayos públicos y no por la voz. Los televisógrafos y las cajas de música comprimida usan unos focos microscópicos que, a mi entender, sólo podrían ser colocados por la técnica metalúrgica de un gnomo. A partir de este descubrimiento hemos planteado la hipótesis de mestizaje entre humanos industriales y criaturas con genes gnómicos. Actualmente el Departamento Eugenético de nuestra Casa lleva a cabo los experimentos necesarios para determinar la veracidad de esta teoría.
Jorge Luis Borges. Probable intruso sin documentación que robó secretos de Estado de la biblioteca de Babel. Engañó también a los hombres tecnológicos al ocultarse detrás de la ilusión ficcional, una vez ahí se multiplicó para no ser rastreado y fingió ceguera. Es altamente peligroso y utiliza hechizos laberínticos para confundir a nuestra policía. Si lo encontrara en sus viajes, repórtelo a las autoridades.
Ciencia-ficción. Un tipo de mito practicado por los hombres tecnológicos donde depositaban sus ilusiones y críticas a los conocimientos a los que han tenido acceso. Por medio de ella advierten las consecuencias de sus armas y sus primitivas formas de gobierno. Nuestra reciente aparición en el panorama internacional marcó el fin de este mito.
Poesía lírica. Como la música, para ellos resulta intangible e imaginaria, pero posee notables huellas de belleza. Recitada por uno de los nuestros produce formas hermosas en el aire. No se aconseja su lectura en voz alta a menos que se tenga un excelente conocimiento de reversión de hechizos, de lo contrario, podría resultar catastrófica.
Escultura. Forma primitiva de nuestros autómatas. A veces adquiere figuras abstractas.
Androide. Autómata impulsado por Inteligencia Artificial ─tecnología industrial que simula procesos lógicos complejos y autónomos─, empezó como personaje y se convirtió en realidad. Se anima mediante rayos públicos, no a través de la palabra, y antes de nuestra apertura al mundo, se consideraba que destruiría a la humanidad tecnológica. Pero ese futuro ya no es posible.
Extraterrestre. Versión caricaturesca de nuestros hermanos en otros astros.
Socialismo. Forma de gobierno imaginaria por la cual los estados industriales logran la distribución justa de los recursos y los bienes. Es diferente del nuestro en tanto que no comprende la necesaria armonía con Natura para la homo-armonía.
Pintura estática. Versión aburrida de nuestra pintura en la cual los personajes sólo simbolizan el tiempo.
Minificciones. Enunciaciones breves que para el humano tecnológico simplemente evocan su tradición artística. En nuestras bocas se convierten en hechizos para materializar extensos catálogos de imágenes de la memoria común.
Comic books. Libros con dibujitos de las aventuras de deidades de humanos tecnológicos dedicados a actividades bélicas o de personajes infantiles que les recuerdan la importancia de ser buenos salvajes.
Filosofía. Diferente a la nuestra, coincide en algunos campos, pero en general se trata de una serie de sistemas de ficción abstracta surgida por la visión limitada del hombre tecnológico sobre la realidad.
Libros de cocina. Diferentes a los nuestros, sólo dan instrucciones para crear manualmente los platillos que se comerán y no los hacen aparecer con la lectura en voz alta.
Mago. Personaje por el cual el hombre tecnológico caricaturiza a nuestra raza para mostrar su resentimiento.
*Estudiante de la Maestría en Letras Mexicanas de la UNAM, licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la FES Acatlán (UNAM). Ha publicado ensayo en la Revista Monolito y en el blogzine La langosta se ha posteado, una reseña en la Revista Destiempos y diferentes artículos sobre política y cultura popular en Cultura Colectiva. Es profesor de literatura y creador de contenidos para textos educativos. Fue conductor del programa Culturama de Radio GEA en la temporada 2019-2020.