Los días contados
Ruth Vargas Leyva
Esos días,
Con apariencia de velo y turbante,
perdimos el miedo a entrar al mar
arrastrando espuma entre los pies
buscando un barco hundido,
el miedo a escalar montañas
sin cuerda ni arnés
y a descender a profundos abismos.
Aunque la naturaleza tiene sus propias reglas
El cuerpo tiene sus leyes.
Moléculas mensajeras
ordenan otro universo,
controlar el funcionamiento de células y órganos,
viajan por diminutos ovillos capilares.
Inflorescencia que filtra la sangre.
Diafonía de los órganos.
Osteoblastos liberan un líquido espeso.
Todo se transforma en el infinito orden del cuerpo.
La belleza exterior es reflejo de la estructura compleja
que se eleva como una catedral
con los cimientos en la tierra.
El ritmo ordenado del corazón
ha abierto otros frentes,
Otras batallas.
Los pulmones
expanden un rosal florecido
donde hay un silencio
más grande que una montaña
de sal en Guerrero Negro.
Como quien vuelve al útero,
suspendidos en cables
una parvada levanta el vuelo
Y asume la forma de un papalote
Que penetra un resquicio en el cielo.
No hay rostro,
Solo días contados,
imagen reflejada en un escudo de bronce.
Guardemos la soledad
el temblor de la luz
y el sonido que quedó encerrado en un laberinto.
Guardemos las esperas infinitas y el silencio del silencio.
Guardemos los secretos ,
cuerpos inertes.
Guardemos los milagros
Y lo que ellos significan.
Guardemos las palabras
Que nunca pronunciamos. .
Guardemos el vacío
Que recoge una estructura cóncava.
Guardemos todas las preguntas.
El mundo está hecho para alojar toda clase de misterios.
Con apariencia de velo y turbante,
perdimos el miedo a entrar al mar
arrastrando espuma entre los pies
buscando un barco hundido,
el miedo a escalar montañas
sin cuerda ni arnés
y a descender a profundos abismos.
Aunque la naturaleza tiene sus propias reglas
El cuerpo tiene sus leyes.
Moléculas mensajeras
ordenan otro universo,
controlar el funcionamiento de células y órganos,
viajan por diminutos ovillos capilares.
Inflorescencia que filtra la sangre.
Diafonía de los órganos.
Osteoblastos liberan un líquido espeso.
Todo se transforma en el infinito orden del cuerpo.
La belleza exterior es reflejo de la estructura compleja
que se eleva como una catedral
con los cimientos en la tierra.
El ritmo ordenado del corazón
ha abierto otros frentes,
Otras batallas.
Los pulmones
expanden un rosal florecido
donde hay un silencio
más grande que una montaña
de sal en Guerrero Negro.
Como quien vuelve al útero,
suspendidos en cables
una parvada levanta el vuelo
Y asume la forma de un papalote
Que penetra un resquicio en el cielo.
No hay rostro,
Solo días contados,
imagen reflejada en un escudo de bronce.
Guardemos la soledad
el temblor de la luz
y el sonido que quedó encerrado en un laberinto.
Guardemos las esperas infinitas y el silencio del silencio.
Guardemos los secretos ,
cuerpos inertes.
Guardemos los milagros
Y lo que ellos significan.
Guardemos las palabras
Que nunca pronunciamos. .
Guardemos el vacío
Que recoge una estructura cóncava.
Guardemos todas las preguntas.
El mundo está hecho para alojar toda clase de misterios.