Salsa roja
Sobre el suadero, el cilantro y la cebolla picados; entre la tortilla, la grasa y las gotas de limón, se escurre el rojo líquido de la venganza.
–¿No que sólo había verde?
–¿No que sólo había verde?
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Se solicita muchacha de amplio criterio para echar tortillas. Importante: que sepa amasar.
Hambre
El niño de la calle no deja de mirar cómo engullo mi torta de milanesa. Su mirada sube y baja como suben mis manos con la torta, del plato a mi boca, de mi boca al plato. Es incómodo. Me volteo para un lado y me lo vuelvo a encontrar. Finalmente, le ofrezco un pedazo. Al niño se le iluminan los ojos, se acerca donde la torta, abre su salivante boca y, de una mordida, me arranca la mano.