Capgras
René Ostos
19 de marzo
Encontré mis pastillas fuera de lugar. Quizá David las movió sin querer. Yo y mi obsesión por el orden, me gusta encontrar las cosas tal y como las dejé.
24 de marzo
Me he sentido más somnolienta que de costumbre, bostezo todo el día y me levanto más tarde. Debe ser el medicamento.
27 de marzo
Sigo sintiéndome adormilada. Llamé al doctor Llerenas, pero está de vacaciones. Desde mañana sólo tomaré media pastilla en la noche y un cuarto al medio día.
31 de marzo
Salí a caminar, hace mucho tiempo que no lo hacía.
2 de abril
Anoche, ya estábamos dormidos cuando sonó el celular de David. Era del trabajo, eso dijo, y salió del cuarto para no hacer ruido. Me acerqué a la puerta para saber de qué se trataba, pero él bajó a hablar a la cocina y no alcancé a escuchar lo que decía.
5 de abril
David llegó temprano, cenamos viendo las noticias. En una de ellas mostraban imágenes de la persecución de refugiados sirios por la policía húngara. Vi a Julia corriendo entre aquellas personas, muy asustada. Él me dijo que sólo era una mujer que se le parecía. Yo casi podría jurar que era ella.
6 de abril
Le llamé a Julia. Cuando le conté que la vi en las noticias, soltó una carcajada y dijo que tal vez había encontrado a su gemela. Hubo algo en el tono de su voz, en la forma de articular las palabras, que me sonó extraño.
9 de abril
Julia llamó, nos invitó a comer la próxima semana. Hace más de dos meses que no nos vemos, trabaja demasiado. David pareció no emocionarse. Quizá yo extraño más a mi cuñada que él a su hermana.
12 de abril
Le hice a David flan de cajeta, su favorito. Comió poco y sin ganas. Se sentía muy lleno, eso dijo. No recuerdo una sola vez en la que no se hubiera comido el postre. Él notó mi molestia, trató de contentarme con un abrazo y un beso prolongados. Pensé que tendríamos intimidad, pero después de lavarse los dientes, se fue directo a dormir. Hace semanas que no tenemos sexo.
13 de abril
Volví a ver en internet las imágenes de los refugiados. Y ahí estaba ella, corriendo por los pastizales, asustada, confundida, como si no entendiera lo que sucedía a su alrededor.
15 de abril
¿Julia? Nos recibió en la puerta con una sonrisa. Nos presentó a su novio. Ella nunca ha sido de tener parejas formales, se acuesta con uno y con otro sin comprometerse, siempre me dice que tiene tanto amor para dar, que es un desperdicio entregarse a una sola persona. A mi esposo no le cuenta esas cosas, pero él sabe perfectamente cómo es su hermana.
Mientras platicábamos, volví a notar algo extraño en la forma de hablar de Julia, pronunciaba lentamente cada oración, como si meditara cada palabra. Pero no sólo eso, sus ademanes eran poco naturales, exagerados. Y una cosa más, durante la comida, ella se levantó al baño, caminó hasta su cuarto y salió riéndose, diciendo que ya no conocía su propia casa. El baño es la puerta junto a su cuarto, ¿cómo es posible que no sepa dónde está?
Es obvio que ella no es Julia, sino alguien físicamente idéntica, que estudió cómo habla, cómo se mueve y actúa. Lo que no me explico es para qué. ¿Qué es lo que hizo con la verdadera Julia? ¿Será ella la mujer que vi en las noticias?
16 de abril
Esperaba que David me dijera que la mujer con la que cenamos es una impostora. No lo hizo. Entonces yo di el paso, señalé cada detalle que delataba a la falsa Julia. Al principio él sólo se reía, creyendo que yo bromeaba, pero insistí y se puso serio. Me dijo que me estaba volviendo loca y preguntó si he estado tomando mis pastillas, incluso revisó los frascos. ¿Cómo puede no darse cuenta que han suplantado a su hermana?
17 de abril
No dejo de pensar en la posibilidad de que David también haya sido suplantado, es por eso que “no puede darse cuenta” que su hermana ha sido cambiada por otra persona.
Anoche volvieron a llamarle, repitió eso de irse a la cocina. Hoy, mientras se bañaba, revisé el historial de llamadas de su celular, no encontré datos de ninguna llamada hecha o recibida las últimas 24 horas.
18 de abril
Escondí la cámara y la dejé grabando toda la noche. Me horroricé al ver el video: él se despertó cerca de las 4:00 a.m. y se quedó observándome varios minutos, después se acercó a la cómoda donde tengo mis medicinas y cambió uno de los frascos. Dejaré de tomarme el medicamento.
20 de abril
No he dormido nada en tres días. Cierro los ojos y finjo mientras observo al impostor, es casi idéntico a David, pero su respiración es diferente, tiene otra cadencia. Si tuviera poco tiempo de casada, tal vez podría engañarme, pero diez años no son en vano.
21 de abril
Fui a la policía a denunciar la suplantación de mi esposo y su hermana. Después de explicarles la situación, me pidieron que esperara. Aunque impaciente, así lo hice. Al cabo de unas horas llegó “David”, me tomó por el brazo para traerme de regreso a la casa. Intenté escapar, pero dos agentes me cerraron el paso. Él me tomó con fuerza de la muñeca, me jaloneó y me dijo no recuerdo qué, lo que sí recuerdo es su mirada de odio. Temí que me hiciera daño, así que me tranquilicé y tras unos minutos decidí mentir, le pedí que me perdonara y le dije que no sabía por qué había hecho algo tan estúpido, y ese momento todo lo que necesitaba era regresar a la casa.
22 de abril
Vivo con miedo. Él habló con ella. Me paré junto a la puerta de la cocina y escuché: hablaban de mí, de llevarme a un lugar. Temo que hagan conmigo lo mismo que hicieron con David y Julia.
23 de abril
Él me dejó encerrada en el cuarto. Horas después regresó acompañado de la impostora. Los escuché subiendo las escaleras y me escondí detrás de la puerta del baño. Cuando él entró, lo golpee con un martillo en la cabeza. Ella gritó, también la golpee, y seguí golpeándola hasta que ya no se movió más. Nunca quise hacerles daño, pero ¿qué otra opción tenía?
Él aún se mueve, balbucea. Lo amarré a una silla, quizá, cuando se recupere, pueda hacer que me diga qué hicieron con mi esposo y su hermana.
24 de abril
No pude interrogar al impostor, amaneció muerto en su silla.
27 de abril
Los cuerpos siguen arriba, en el baño. No quiero subir. Los teléfonos y la puerta suenan todo el día. Debo irme de aquí, pero ¿a dónde? Estoy sola y no puedo confiar en nadie… en nadie.
Parece absurdo que siga escribiendo este diario; sin embargo es lo único que me mantiene cuerda.
Encontré mis pastillas fuera de lugar. Quizá David las movió sin querer. Yo y mi obsesión por el orden, me gusta encontrar las cosas tal y como las dejé.
24 de marzo
Me he sentido más somnolienta que de costumbre, bostezo todo el día y me levanto más tarde. Debe ser el medicamento.
27 de marzo
Sigo sintiéndome adormilada. Llamé al doctor Llerenas, pero está de vacaciones. Desde mañana sólo tomaré media pastilla en la noche y un cuarto al medio día.
31 de marzo
Salí a caminar, hace mucho tiempo que no lo hacía.
2 de abril
Anoche, ya estábamos dormidos cuando sonó el celular de David. Era del trabajo, eso dijo, y salió del cuarto para no hacer ruido. Me acerqué a la puerta para saber de qué se trataba, pero él bajó a hablar a la cocina y no alcancé a escuchar lo que decía.
5 de abril
David llegó temprano, cenamos viendo las noticias. En una de ellas mostraban imágenes de la persecución de refugiados sirios por la policía húngara. Vi a Julia corriendo entre aquellas personas, muy asustada. Él me dijo que sólo era una mujer que se le parecía. Yo casi podría jurar que era ella.
6 de abril
Le llamé a Julia. Cuando le conté que la vi en las noticias, soltó una carcajada y dijo que tal vez había encontrado a su gemela. Hubo algo en el tono de su voz, en la forma de articular las palabras, que me sonó extraño.
9 de abril
Julia llamó, nos invitó a comer la próxima semana. Hace más de dos meses que no nos vemos, trabaja demasiado. David pareció no emocionarse. Quizá yo extraño más a mi cuñada que él a su hermana.
12 de abril
Le hice a David flan de cajeta, su favorito. Comió poco y sin ganas. Se sentía muy lleno, eso dijo. No recuerdo una sola vez en la que no se hubiera comido el postre. Él notó mi molestia, trató de contentarme con un abrazo y un beso prolongados. Pensé que tendríamos intimidad, pero después de lavarse los dientes, se fue directo a dormir. Hace semanas que no tenemos sexo.
13 de abril
Volví a ver en internet las imágenes de los refugiados. Y ahí estaba ella, corriendo por los pastizales, asustada, confundida, como si no entendiera lo que sucedía a su alrededor.
15 de abril
¿Julia? Nos recibió en la puerta con una sonrisa. Nos presentó a su novio. Ella nunca ha sido de tener parejas formales, se acuesta con uno y con otro sin comprometerse, siempre me dice que tiene tanto amor para dar, que es un desperdicio entregarse a una sola persona. A mi esposo no le cuenta esas cosas, pero él sabe perfectamente cómo es su hermana.
Mientras platicábamos, volví a notar algo extraño en la forma de hablar de Julia, pronunciaba lentamente cada oración, como si meditara cada palabra. Pero no sólo eso, sus ademanes eran poco naturales, exagerados. Y una cosa más, durante la comida, ella se levantó al baño, caminó hasta su cuarto y salió riéndose, diciendo que ya no conocía su propia casa. El baño es la puerta junto a su cuarto, ¿cómo es posible que no sepa dónde está?
Es obvio que ella no es Julia, sino alguien físicamente idéntica, que estudió cómo habla, cómo se mueve y actúa. Lo que no me explico es para qué. ¿Qué es lo que hizo con la verdadera Julia? ¿Será ella la mujer que vi en las noticias?
16 de abril
Esperaba que David me dijera que la mujer con la que cenamos es una impostora. No lo hizo. Entonces yo di el paso, señalé cada detalle que delataba a la falsa Julia. Al principio él sólo se reía, creyendo que yo bromeaba, pero insistí y se puso serio. Me dijo que me estaba volviendo loca y preguntó si he estado tomando mis pastillas, incluso revisó los frascos. ¿Cómo puede no darse cuenta que han suplantado a su hermana?
17 de abril
No dejo de pensar en la posibilidad de que David también haya sido suplantado, es por eso que “no puede darse cuenta” que su hermana ha sido cambiada por otra persona.
Anoche volvieron a llamarle, repitió eso de irse a la cocina. Hoy, mientras se bañaba, revisé el historial de llamadas de su celular, no encontré datos de ninguna llamada hecha o recibida las últimas 24 horas.
18 de abril
Escondí la cámara y la dejé grabando toda la noche. Me horroricé al ver el video: él se despertó cerca de las 4:00 a.m. y se quedó observándome varios minutos, después se acercó a la cómoda donde tengo mis medicinas y cambió uno de los frascos. Dejaré de tomarme el medicamento.
20 de abril
No he dormido nada en tres días. Cierro los ojos y finjo mientras observo al impostor, es casi idéntico a David, pero su respiración es diferente, tiene otra cadencia. Si tuviera poco tiempo de casada, tal vez podría engañarme, pero diez años no son en vano.
21 de abril
Fui a la policía a denunciar la suplantación de mi esposo y su hermana. Después de explicarles la situación, me pidieron que esperara. Aunque impaciente, así lo hice. Al cabo de unas horas llegó “David”, me tomó por el brazo para traerme de regreso a la casa. Intenté escapar, pero dos agentes me cerraron el paso. Él me tomó con fuerza de la muñeca, me jaloneó y me dijo no recuerdo qué, lo que sí recuerdo es su mirada de odio. Temí que me hiciera daño, así que me tranquilicé y tras unos minutos decidí mentir, le pedí que me perdonara y le dije que no sabía por qué había hecho algo tan estúpido, y ese momento todo lo que necesitaba era regresar a la casa.
22 de abril
Vivo con miedo. Él habló con ella. Me paré junto a la puerta de la cocina y escuché: hablaban de mí, de llevarme a un lugar. Temo que hagan conmigo lo mismo que hicieron con David y Julia.
23 de abril
Él me dejó encerrada en el cuarto. Horas después regresó acompañado de la impostora. Los escuché subiendo las escaleras y me escondí detrás de la puerta del baño. Cuando él entró, lo golpee con un martillo en la cabeza. Ella gritó, también la golpee, y seguí golpeándola hasta que ya no se movió más. Nunca quise hacerles daño, pero ¿qué otra opción tenía?
Él aún se mueve, balbucea. Lo amarré a una silla, quizá, cuando se recupere, pueda hacer que me diga qué hicieron con mi esposo y su hermana.
24 de abril
No pude interrogar al impostor, amaneció muerto en su silla.
27 de abril
Los cuerpos siguen arriba, en el baño. No quiero subir. Los teléfonos y la puerta suenan todo el día. Debo irme de aquí, pero ¿a dónde? Estoy sola y no puedo confiar en nadie… en nadie.
Parece absurdo que siga escribiendo este diario; sin embargo es lo único que me mantiene cuerda.