Antes y después de la tormenta
Xhevdet Bajraj
a José A. Carrelero
Duermes cansada soñando los días cuando comíamos mitad pan mitad risa
y sobre el cielo diario se colgaba el sol ciego de su propia luz
El aroma de las rosas penetraba por la ventana abierta de la biblioteca
mientras escribía poemas sobre los días que nunca llegaron
Te esperaba con la botella de vino tinto en la mesa
y la vela prendida
sí
el mundo estaba coloreado
Cuando el sol caía como manzana podrida
y las estrellas se prendían alrededor de la madre luna
hacíamos el amor mientras los grillos cantaban
una canción más vieja que la edad humana
Luego la guerra nos robó la vida que tuvimos
descubrimos qué hermoso es perder el trabajo
quedarse en la casa o salir
sin saber a dónde ir ni qué hacer
Descubrimos que romperse la mano una pierna o la costilla
significa estar vivo
que la vida es hermosa
triste y hermosa mientras haya paz
Ahora tenemos una biblioteca casi con los mismos libros que teníamos antes
pero en otra lengua
en otra lengua escribo versos para los días que nunca regresarán
en otra lengua querida
duele la vida
y sobre el cielo diario se colgaba el sol ciego de su propia luz
El aroma de las rosas penetraba por la ventana abierta de la biblioteca
mientras escribía poemas sobre los días que nunca llegaron
Te esperaba con la botella de vino tinto en la mesa
y la vela prendida
sí
el mundo estaba coloreado
Cuando el sol caía como manzana podrida
y las estrellas se prendían alrededor de la madre luna
hacíamos el amor mientras los grillos cantaban
una canción más vieja que la edad humana
Luego la guerra nos robó la vida que tuvimos
descubrimos qué hermoso es perder el trabajo
quedarse en la casa o salir
sin saber a dónde ir ni qué hacer
Descubrimos que romperse la mano una pierna o la costilla
significa estar vivo
que la vida es hermosa
triste y hermosa mientras haya paz
Ahora tenemos una biblioteca casi con los mismos libros que teníamos antes
pero en otra lengua
en otra lengua escribo versos para los días que nunca regresarán
en otra lengua querida
duele la vida