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Una de vaqueros
Tardorreligiosa
Alejandro Zapata Espinosa
La urgencia de salvación de mi abuela, de quitarse lo malo para que entre lo bueno, de liberarse de cuanta maldad hay en el mundo, la llevó a practicar el multitasking en sus veladas de oración.
Su nieta, después de un día de ver videos de gente jugando cosas «miedosas», o metiéndose en cementerios o invocando espíritus con rituales a las tres de la mañana que solo espantan a mamita, le deja en el televisor, en pausa, un rosario, independiente del orden de los misterios —pues cada día hay contenido de canales o de editores entusiastas.
Cuando la abuela se aburre o se le acaban las noticias o la novela, coge el control y ve.
Su nieta, después de un día de ver videos de gente jugando cosas «miedosas», o metiéndose en cementerios o invocando espíritus con rituales a las tres de la mañana que solo espantan a mamita, le deja en el televisor, en pausa, un rosario, independiente del orden de los misterios —pues cada día hay contenido de canales o de editores entusiastas.
Cuando la abuela se aburre o se le acaban las noticias o la novela, coge el control y ve.
Naranja dulce
Adriana Letechipía
Las palmas de sus manos apuntaron al sol, tenía tierra adherida y estaba en los huesos. «Mamá, aquí estoy» trató de gritar. No importaba que la regañara por irse a meter a la huerta de la vecina y robar naranjas. No importaba que la mandaran a lavarse esas manos tan cochinas. «Mamá, te extraño. Lo lamento». No importaba que le diera con la vara, quería regresar. La pequeña Sarita tenía prohibido alejarse de casa.
Contrapunto
Dante Ontiveros
La tarde transcurría con amena tranquilidad. Un par de moscas surcaban el espacio aéreo de la sala comedor, deteniéndose de cuando en cuando para frotar sus patitas sobre la jarra de agua de limón, que descansaba sobre la mesa vestida a cuadros naranja con blanco y plástico cristal. Juana y Marcos miraban en la tele un programa de esos a los que invitan, con el pretexto de ayudar, a personas con problemas familiares, pero que finalmente son ridiculizadas y humilladas para deleite de la audiencia. Marcos estaba sentado en un extremo del sillón y Juana acostada con la cabeza apoyada en las piernas de Marcos, que le acariciaba el cabello.
Genio y Figura
Dante Ontiveros
—Betito, ya no tomes, te vas a hacer borracho —le decía frecuentemente su madre. Y la respuesta de Heriberto siempre fue la misma —Un borracho es el que se queda tirado en la calle y yo siempre llego a la casa. —Lo cual era cierto, al menos en la parte en lo de que siempre llegaba a su casa, pero, apenas traspasaba el umbral de la puerta, daba el costalazo. Cuando esto sucedía, su madre lo acomodaba boca abajo para evitar que Betito se ahogara en su propio vómito. Ya más tarde la doña limpiaba las regurgitaciones y meados de su querido vástago que, durmiendo la mona, dejaba escapar sin consideración.
La muerte chiquita
20 haikús heterodoxos
Enrique González Rojo Arthur
Preso en su tronco,
el corazón flechado
late muy poco.
La luna llena
corre, perro, peligro
en tu cazuela.
El mono imita
masticando sus nueces
nuestra sonrisa.
el corazón flechado
late muy poco.
La luna llena
corre, perro, peligro
en tu cazuela.
El mono imita
masticando sus nueces
nuestra sonrisa.
No era su momento
Liliana Calderón
Antes ya la había conocido,
Pues vino a molestarme hace un par de años.
A quienes amé, me quitó.
Pero esta vez… Esta vez, se pasó.
Se equivocó.
No sé si fue ella: la muerte, o fue Dios,
O quien chingados.
Quien haya sido la cagó.
Me arrebató a mi mami.
Mi mami no debió morir.
Ella no.
Pues vino a molestarme hace un par de años.
A quienes amé, me quitó.
Pero esta vez… Esta vez, se pasó.
Se equivocó.
No sé si fue ella: la muerte, o fue Dios,
O quien chingados.
Quien haya sido la cagó.
Me arrebató a mi mami.
Mi mami no debió morir.
Ella no.
Como silogismo
Liliana Calderón
Como a silogismo por conveniencia,
No es que crea en dios por convicción.
Pero ahora lo necesito así.
Necesito que exista esa vida eterna, paraíso y cielo que tanto promete
Pues no soporto la incertidumbre.
No es que crea en dios por convicción.
Pero ahora lo necesito así.
Necesito que exista esa vida eterna, paraíso y cielo que tanto promete
Pues no soporto la incertidumbre.
Encierro y Espada
Rolando Robles Figueroa
Quisiera saber qué piensan de mí los vecinos
qué sobrenombre me han puesto
saber si me ven tras las cortinas cuando toco las primeras hojas del otoño
o cuando reveo el primer gramo de sol en el rocío de la rosa.
Me miran en silencio y con el silencio, pegado al vidrio,
toman mate y muerden la medialuna
y harán lo que nunca hicieron mientras vivían:
besar el mar; reconstruirse de pies a cabeza.
Soy el incógnito que barre frente a sus ojos en arduo confinamiento,
el que atiende al correo y saluda sin barbijo al servicio de comida.
qué sobrenombre me han puesto
saber si me ven tras las cortinas cuando toco las primeras hojas del otoño
o cuando reveo el primer gramo de sol en el rocío de la rosa.
Me miran en silencio y con el silencio, pegado al vidrio,
toman mate y muerden la medialuna
y harán lo que nunca hicieron mientras vivían:
besar el mar; reconstruirse de pies a cabeza.
Soy el incógnito que barre frente a sus ojos en arduo confinamiento,
el que atiende al correo y saluda sin barbijo al servicio de comida.
Éntrale, maestro
Voz en la piedra
Aída López Sosa
Ricardo López Méndez recupera la historia del mestizaje con palabras hechas poesía. En Voz en la piedra canta lo vivido en cuatro siglos cuando la noble y leal ciudad de Mérida cumplió 400 años de ser conquistada. El poeta le da voz a la piedra debido a que la considera símbolo inmóvil de la historia, ya que permanece siempre la misma, irreductible y absoluta, por algo Aristóteles no utilizó la madera como materia para su doctrina causal. A través de epifanías, reconstruye los momentos sangrientos durante el encuentro de los dos mundos, tan disímbolos pero, que a la postre, terminaron por fusionarse: …en las venas del blanco, sangre indígena, bajo la piel de bronce, sangre blanca.
¿Qué leer?
Lo Diferente. Iniciación en la MísticaNo se sabe qué se desarrolló primero, si el lenguaje o la religión; lo más seguro es que se desarrollaron al mismo tiempo y ambos surgieron como respuesta a los asombros de la existencia.
Entre ensayo literario y libro confesional, Lo diferente es una generosa invitación a reflexionar sobre la experiencia religiosa y, sobre todo, a descubrir la singular y regocijante vía mística. Hugo Hiriart, uno de los escritores más brillantes en lengua española, comparte aquí las memorias sobre su relación íntima y solitaria con Dios, así como las aproximaciones religiosas, filosóficas y teológicas de grandes pensadores como Pascal, William James, Rudolf Otto, Simone Weil, Romano Guardini, Simone de Beauvoir, y de sus maestros José Gaos, Luis Villoro y Gallegos Rocafull. Con una prosa conversada, yendo a contracorriente con las posturas ensayísticas de esta época, Hiriart nos acerca a temas como el mal, la presencia de Dios y la compasión, sumando así inquietudes y asombros a nuestra constelación personal de lo sagrado. |