El equilibrista
Teresa Dey
El equilibrista pone el pie sobre el alambre. Da un paso, viene vestido de rosa, las medias demasiado grandes se le arrugan a la altura del tobillo, se mece a cada tranco, como dando paso a una pirueta, al llegar al centro levanta la pierna, acerca la mano a la punta del pie derecho. Se saca la zapatilla y comienza a tirar de la media, plantado inestable el pie izquierdo sigue el movimiento de la soga; vacío a los lados, abajo vacío también. Detenido apenas del aire, tira, tira y sigue tirando hasta que se saca toda la piel y desaparece.