El filo de tu lejanía
Sandra Álvarez*
Lo corto de mis faldas no ayuda a que tus recuerdos se queden conmigo,
quimeras sangrantes desnudan mi cuerpo de todo lo que nunca has sido.
Ayúdame, permíteme esconder mi cuerpo entre tus rodillas
contorsionarle los átomos al miedo
contarte que mis lobas incendiarias
llevan meses haciendo planes que todavía te incluyen.
Sé perfecto que somos dos personas enhebradas en el destino de no ser
sin embargo, eres la única diosa que se antecede a las lluvias
siendo el cielo dibujado con tizas azules del diluvio.
Tus orillas son el centro de un universo que jamás tomó forma
el cadáver de un mundo no explorado
un par de poemas mal escritos en sueños ajenos
una sinfonía de dulces y sales sobre mis escombros.
Eres la preciosura de un atardecer en Marte mientras nieva
y el sol se esconde en las montañas sin arrancarles su vestido.
Suplico el nunca terminar de las tardes sin nombre
y de las horas que sirven para rellenar el espacio entre nosotras.
Los espacios vacíos hacen de los crucigramas seres completos.
Giro siempre en torno al mismo agujero negro
cuya gravitación depende de tus ojos.
Esos que son ciudades para refugiarse de las bibliotecas y de los cementerios;
navegantes de dinosaurios- proverbios que ya nadie usa.
Sé que ya nos lo hemos dicho todo con estos meses en silencio,
por eso cargo los bolsillos llenos de viernes, por si algún día olvido tus ojos.
Sin embargo, entre tú y yo ninguna de las dos morirá primero,
nos tomaremos de la mano
y cruzaremos juntas el puente de octaedros
que conduce a desandar lo opuesto a nuestros polos.
quimeras sangrantes desnudan mi cuerpo de todo lo que nunca has sido.
Ayúdame, permíteme esconder mi cuerpo entre tus rodillas
contorsionarle los átomos al miedo
contarte que mis lobas incendiarias
llevan meses haciendo planes que todavía te incluyen.
Sé perfecto que somos dos personas enhebradas en el destino de no ser
sin embargo, eres la única diosa que se antecede a las lluvias
siendo el cielo dibujado con tizas azules del diluvio.
Tus orillas son el centro de un universo que jamás tomó forma
el cadáver de un mundo no explorado
un par de poemas mal escritos en sueños ajenos
una sinfonía de dulces y sales sobre mis escombros.
Eres la preciosura de un atardecer en Marte mientras nieva
y el sol se esconde en las montañas sin arrancarles su vestido.
Suplico el nunca terminar de las tardes sin nombre
y de las horas que sirven para rellenar el espacio entre nosotras.
Los espacios vacíos hacen de los crucigramas seres completos.
Giro siempre en torno al mismo agujero negro
cuya gravitación depende de tus ojos.
Esos que son ciudades para refugiarse de las bibliotecas y de los cementerios;
navegantes de dinosaurios- proverbios que ya nadie usa.
Sé que ya nos lo hemos dicho todo con estos meses en silencio,
por eso cargo los bolsillos llenos de viernes, por si algún día olvido tus ojos.
Sin embargo, entre tú y yo ninguna de las dos morirá primero,
nos tomaremos de la mano
y cruzaremos juntas el puente de octaedros
que conduce a desandar lo opuesto a nuestros polos.
*Guatemala, 1992. Periodista y escritora.
He publicado poesía, cuentos y artículos en varias revistas digitales culturales y literarias de Latinoamérica y Estados Unidos.
He publicado poesía, cuentos y artículos en varias revistas digitales culturales y literarias de Latinoamérica y Estados Unidos.