En clase
(Poema en prosa)
David Huerta
Un gorrión cruzó el cielo bajo del salón mientras el profesor hablaba de la redundancia: “Esto nos sirve para evocar la imagen vívida de la existencia humana que debemos al Venerable Beda”, dijo, y un papelito en forma de ave surcó el aire de la clase. “Y esto servirá para concluir cómo la vida es una redundancia continua de sí misma, sus vuelos, sus papeles y sus gorriones, sin contar a los estudiantes descomedidos que van a tener la calificación más baja imaginable, lo que en el caso de la mayoría será la forma acostumbrada de la redundancia.” Todo lo cual, si es una fábula, debe tener una de las moralejas más disparatadas o tontas imaginables.