Estando juntos
Eduardo Magoo Nico*
En los antiguos tiempos
La tierra nos ignoraba tanto o más que hoy
En cuerpos que temen ya la tumba
He encontrado la vida que anhela la vida
Aunque aquí no haya tumbas...
Yo nos veo danzando con nuestros hijos
En el espejo del agua
La mano en la mano
Jugando sin saberlo
Ustedes me han regalado la sed más profunda
Amigos
Siento el agua viva, y cuando la bebo
Ella también me bebe
Ustedes dan muchísimo y lo ignoran
Amigos amados
¿Pero cómo habría podido yo descubrirlo
Sino con la ayuda de la distancia?
Siendo extranjero
¿Porqué buscas lo imposible? Me preguntan
Ven aquí, y sé como nosotros...
Pero el cazador ha sido también la presa
El volátil fue reptil
Aquello que somos, demora sobre los montes
Y erra en el viento
La vida es todo lo que se vive...
Creo sin embargo, que si esto que digo
Es una parte de la verdad
Debería revelarse en una voz más clara
En palabras más afines a nuestros pensamientos
Querría volver a volar y partir con el viento
No hacia la nada, hacia el amor...
Nuestra forma de amar (la de cada uno)
Nace en la más tierna infancia
Yo como la niebla he caminado los caminos
Los he conocido en la alegría y en el dolor
Para ustedes yo quise ser como un lago entre montañas
Y estos arroyos que me nacen cantarán aún
Mas dulces que una sonrisa...
Cuando yo haya muerto
Me alcanza ahora la sombra de un hombre inmenso
En el cual todos ustedes son células y nervios
Un hombre infinito
Como un roble gigantesco cargado de flores
Cuya fuerza los ata a la tierra
Y cuya fragancia los libera en el aire
Ciertamente mis amigos se parecen a un Océano
Y se comportan como las Estaciones
¿Y qué cosa es la palabra, sino la sombra de algo conocido
Que no ha podido expresarse...?
Tal vez el cristal en el que se proyecta
Es solo niebla que desvanece
Pero ciegos y sordos como somos
No logramos percibirlo...
Y este es el más preciado bien
De todos los bienes que hayamos podido recibir
Estando juntos
La tierra nos ignoraba tanto o más que hoy
En cuerpos que temen ya la tumba
He encontrado la vida que anhela la vida
Aunque aquí no haya tumbas...
Yo nos veo danzando con nuestros hijos
En el espejo del agua
La mano en la mano
Jugando sin saberlo
Ustedes me han regalado la sed más profunda
Amigos
Siento el agua viva, y cuando la bebo
Ella también me bebe
Ustedes dan muchísimo y lo ignoran
Amigos amados
¿Pero cómo habría podido yo descubrirlo
Sino con la ayuda de la distancia?
Siendo extranjero
¿Porqué buscas lo imposible? Me preguntan
Ven aquí, y sé como nosotros...
Pero el cazador ha sido también la presa
El volátil fue reptil
Aquello que somos, demora sobre los montes
Y erra en el viento
La vida es todo lo que se vive...
Creo sin embargo, que si esto que digo
Es una parte de la verdad
Debería revelarse en una voz más clara
En palabras más afines a nuestros pensamientos
Querría volver a volar y partir con el viento
No hacia la nada, hacia el amor...
Nuestra forma de amar (la de cada uno)
Nace en la más tierna infancia
Yo como la niebla he caminado los caminos
Los he conocido en la alegría y en el dolor
Para ustedes yo quise ser como un lago entre montañas
Y estos arroyos que me nacen cantarán aún
Mas dulces que una sonrisa...
Cuando yo haya muerto
Me alcanza ahora la sombra de un hombre inmenso
En el cual todos ustedes son células y nervios
Un hombre infinito
Como un roble gigantesco cargado de flores
Cuya fuerza los ata a la tierra
Y cuya fragancia los libera en el aire
Ciertamente mis amigos se parecen a un Océano
Y se comportan como las Estaciones
¿Y qué cosa es la palabra, sino la sombra de algo conocido
Que no ha podido expresarse...?
Tal vez el cristal en el que se proyecta
Es solo niebla que desvanece
Pero ciegos y sordos como somos
No logramos percibirlo...
Y este es el más preciado bien
De todos los bienes que hayamos podido recibir
Estando juntos
*Eduardo Magoo Nico nació el 22 de marzo de 1956 en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Publicó en Argentina su primer libro de poemas, “La Polaca” (Edic. Cronopio Azul, 1995), el relato “Resurrección”, en el diario Perfil, de Buenos Aires (6/1/2008) y el libro de poemas “Puros por Cruza” (Editorial El fin de la noche) en 2011. Víctima de la crisis económica que en el 2001 asola a la Argentina, se traslada a Trieste, Italia. En Italia ha publicado la fotonovela “Escuela de Sirenas” en el suplemento semanal de el diario Il Manifesto (Alias-9.02.2002). En el 2011 es convocado por el Museo Nacional y Centro de Arte Reina Sofia de Madrid, para la muestra colectiva “Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina”, curada por Ana Longoni. Su próximo poemario “Servidumbres” ha demorado su publicación por la Pandemia que congeló por largos meses toda la actividad editorial en Italia.