Final
José Sánchez
Voy a escribir mil líneas bajo el granizo, pensándote
puede ser un acto del cobarde corazón o la valiente ansiedad
llegaré por el mismo camino, sin seguir tus pasos
por la misma línea de Metro en la que tú nunca transbordas
daré contigo a través de los rastros de tus cerezas.
Cada peldaño de esos estorbosos celadores quitaré
para mantenerte frente a mí, mientras muerdes tentaciones rojas
(saboreando celdas de mezcal).
Despertaré de ese sueño ternura, cuando con tus dientes te vuelvas mi captora
o con tu mano asestes caricias de verdugo sobre mi mejilla
y estas líneas de tinta granizo, se volverán profetas.
El beso carcelero, la honorable bofetada, la línea verde turquesa
la línea verde turquesa que no da con tu casa ni atraviesa esos ojos,
pero que para ese momento ya habré puesto en construcción
será tan real como las paletas que traes en los bolsillos.
Así es como debe ser un final, feliz, moribundo, cautivo de la libertad.
Un final escrito con ganas de no ser ficción.