La novelera
(espinelas de la vuelta)
Adriana Jiménez García
Tengo jugosos deberes:
debo atizar la memoria
y recuperar la historia
de los excéntricos seres
que llegan de mis ayeres:
caterva de personajes
con repletos equipajes:
desalmados y virtuosos,
apolíneos y viciosos
regresando de sus viajes.
Unos no me pertenecen;
otros los armo con maña
pero esto no es una hazaña:
solos nacen; solos crecen.
Algunos sí me estremecen:
vienen colmados de gracia
otros son una desgracia
pero al cabo todos tienen
derecho a ser, y ya vienen
con su tenaz contumacia
a reclamar sus lugares
en el concierto del mundo
y segundo por segundo
con sus pecas y lunares
con sus palabras vulgares
y sus cultos arcaísmos
los de siempre, sí, los mismos
que se fueron sin permiso;
hoy, honrando el compromiso
vuelven con sus cataclismos.
debo atizar la memoria
y recuperar la historia
de los excéntricos seres
que llegan de mis ayeres:
caterva de personajes
con repletos equipajes:
desalmados y virtuosos,
apolíneos y viciosos
regresando de sus viajes.
Unos no me pertenecen;
otros los armo con maña
pero esto no es una hazaña:
solos nacen; solos crecen.
Algunos sí me estremecen:
vienen colmados de gracia
otros son una desgracia
pero al cabo todos tienen
derecho a ser, y ya vienen
con su tenaz contumacia
a reclamar sus lugares
en el concierto del mundo
y segundo por segundo
con sus pecas y lunares
con sus palabras vulgares
y sus cultos arcaísmos
los de siempre, sí, los mismos
que se fueron sin permiso;
hoy, honrando el compromiso
vuelven con sus cataclismos.