Vacía
Grecia Reyes
La pared que miras está gastada, conoces de memoria cada figura hecha por las cuarteaduras de humedad. Ahí, hincada en esa banqueta, has visto pasar toda clase de pies desnudos, cubiertos de tierra. Lleve sus jarrones, les dices. Atraes la atención de algunas manos. De nuevo no hay nadie, se queda vacía la calle y tú vuelves a mirar la pared roída por el tiempo, igual que tus pensamientos de niña que se pierden en ella.
Un enorme chal gris y dos trenzas cubren tu espalda, te observo desde lejos mientras te imagino de frente.
Un enorme chal gris y dos trenzas cubren tu espalda, te observo desde lejos mientras te imagino de frente.